Cuando buscamos la agilidad en las organizaciones, una de las competencias básicas es la gestión ágil+lean de las herramientas que dirigen su rumbo. Especialmente la gestión de portafolio, elemento este que contiene las principales iniciativas asociadas a la estrategia de la compañía. Y es que aunque inicialmente la estrategia y sus objetivos asociados suelen mantenerse un tiempo sin cambios, cada día más, especialmente en este mundo tan VUCA, debemos ser eficientes en lo que hacemos y mantener la agilidad necesaria para poder aprovechar las oportunidades del mercado y entregar valor a nuestros clientes en el menor tiempo posible.
¿Qué acciones concretas definirían una gestión de portafolio lean-agile?
- Organizarse de forma que fomente la entregar de valor de forma continua. Las personas son las que realizan las acciones que nos llevan a conseguir los objetivos. Organicémonos para que cuando los objetivos cambien, estas personas no tengan que desperdiciar sus esfuerzos en tareas que no aportan valor a sus nuevos objetivos.
- Presupuestemos a medida que vayamos necesitando. Igual que no pagamos por adelantado toda la ropa que podemos necesitar durante los próximos 3 años tampoco debemos asignar ese presupuesto (¡siempre escaso!) a iniciativas que pueden requerir revisión o refinado (¡o descarte!) en un futuro.
- Gestionemos la demanda de forma eficiente, visualicemos en qué estado se encuentran las cosas, prioricémoslas ayudando a mantener el foco en lo más relevante para esa entrega de valor.
- Busquemos la forma de iterar y de crear de forma incremental, pensemos en ese mínimo producto viable que aporta valor, hagamos business cases iniciales sobretodo para descartar y ahorrar esfuerzos.
- Ayudemos a nuestros equipos a tomar decisiones de forma autónoma. Compartamos con ellos los objetivos y los porqués de la estrategia de manera que entiendan qué buscamos y que dispongan de la información para tomar las mejores decisiones de forma ágil.
- Hagamos la gestión del portafolio de forma transparente y colaborativa. Así todos podrán entender los motivos, aportar soluciones diversas, y prepararse para ser eficiente en sus aportaciones.
Consejo final…
La mejor recomendación la vemos en una frase de un filósofo chino: “Un viaje de mil millas empieza con un sólo paso”. Gestionar el portafolio de forma lean y ágil requiere trabajo y dedicación, pero todo es dar el primer paso. El resto, es cuestión de tiempo y perseverancia.